Nací en Buenos Aires, y desde muy joven la música y la espiritualidad fueron parte de mi vida. El violoncello fue mi primer puente hacia lo profundo, a través de él comencé a explorar no solo el arte, sino también el camino interior que me acompaña hasta hoy. Me formé como violoncellista en el Conservatorio Manuel de Falla, hace más de tres décadas, donde también estudié dirección orquestal. La conexión con el arte me llevó a recorrer escenarios y a vivir la música como un camino de exploración y autoconocimiento. Hace casi 20 años redescubrí la terapia de sonido. Ese encuentro me abrió a un universo nuevo: la vibración y la frecuencia como herramientas para sanar, equilibrar y reconectar con lo esencial. Me formé como terapeuta sonoro vibracional y me especialicé en cuencos de cuarzo y metal, aprendiendo con maestros de Argentina y el exterior.  Con el tiempo, desarrollé mi propio método integrando la música clásica y la terapia sonora, fui pionera en Argentina en crear experiencias sonoras inmersivas, combinando el violoncello con instrumentos ancestrales. He llevado mis conciertos vibracionales, meditaciones y viajes sonoros a teatros, festivales, talleres y paisajes naturales de todo el país.

 En cada experiencia, busco abrir un espacio para que las personas entren en contacto con la calma profunda y el equilibrio interior que la vibración puede despertar.